viernes, abril 13, 2007

La "filantropía" ahora inspira 'reality shows' en Inglaterra

The Wall Street Journal
Por Robert Frank

Como Bill Gates y Warren Buffett lo han demostrado, la filantropía es una buena táctica de relaciones públicas. Pero, ¿puede ser fuente de buena televisión?

Dos reality shows británicos están llevando grandes benefactores a la pantalla chica para que den dinero a varias causas. Los programas han dado pie a un nuevo género que bien podría llamarse "filantretenimiento", o el acto de convertir obras benéficas en un espectáculo.

En Fortune: Million Pound Giveaway (algo así como Fortuna: El regalo de un millón de libras), personas necesitadas tienen 60 segundos para persuadir a un panel de cinco millonarios para que les den dinero. El otro programa, The Secret Millionaire (El millonario secreto) muestra a varios ricos viviendo encubiertos por 10 días en un barrio pobre. Los millonarios tienen la misión de buscar a alguien merecedor de su caridad. Al final, el acaudalado revela su identidad y le firma un cheque al ganador.

Los dos programas han atraído buena audiencia en el Reino Unido, de donde también salieron fenómenos del género reality como American Idol y Survivor (Expedición Robinson en algunos países).

Pese al éxito, los programas han despertado controversia en Inglaterra, donde la brecha entre ricos y pobres ha tenido una connotación más política que en Estados Unidos y donde los ricos donan mucho menos a obras benéficas que al otro lado del Atlántico.

La Iglesia de Inglaterra dijo que "le preocupaba que programas convirtieran a la humillación en entretenimiento". Y un crítico del diario Telegraph dijo que los programas con los filántropos marcaba una nueva degradación de la reality TV. "Hemos hecho fealdad, obesidad, despilfarro, negligencia y dientes podridos", escribió. Ahora, "hacemos pobreza".

En un episodio del Millonario Secreto, John Elliot, un magnate que nació pobre y se hizo rico con una empresa de dispensadores de agua va a vivir encubierto a Liverpool, donde subsiste con el dinero equivalente al subsidio gubernamental para los pobres.

El millonario conoce a un hombre originario de Kenia y eventualmente le ofrece un empleo. En el mismo episodio, le da a un conductor de taxi unos US$20.000 para una casa.

Fortune es un poco más ligero. Los concursantes tienen que convencer a un panel de cinco benefactores que su causa es merecedora de su dinero. Tres de los jueces tienen que estar de acuerdo para que un concursante se lleve el botín.

La definición de "necesitado", en todo caso, varía ampliamente.

Una mujer pide US$2.000, por ejemplo, para hacer un curso en maquillaje de efectos especiales y disfraza a su hija de mono para probar su talento.

Un artista llamado Joseph pide US$40.000 para instalar un inodoro gigante en un camión de bomberos. Los dos concursantes fueron rechazados. Otros tuvieron mejor suerte. Una madre soltera con seis hijos ganó US$75.000 para iniciar un programa destinado a prevenir que menores de edad se conviertan en criminales.

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