jueves, marzo 29, 2007

Sanyo se asfixia bajo el peso de su portafolio

The Wall Street Journal
Por Yukari Iwatani Kane

TOKIO—Para entender los problemas que enfrenta la industria de electrónicos de Japón, basta con mirar a Sanyo Electric Co.

La compañía se está agrietando bajo el peso de tratar de estar presente en demasiados negocios distintos. Tiene un portafolio que abarca desde chips hasta baterías y electrodomésticos. También construye viviendas, posee un proveedor de Internet, ofrece servicios financieros y de reclutamiento e incluso opera un campo de golf. La reticencia de Sanyo de deshacerse de sus divisiones más débiles y que no forman parte de su negocio principal ha diluido sus ganancias.

El año pasado, la compañía recibió una inyección de US$2.600 millones de parte de un consorcio liderado por Goldman Sachs Group Inc. Desde que comenzó su reestructuración en 2004, Sanyo ha recortado más del 15% de su fuerza laboral, ha clausurado fábricas y se ha deshecho de algunos negocios. Sin embargo, la empresa no ha logrado volver a la rentabilidad porque ha sido incapaz de revertir la caída de ingresos en productos como cámaras digitales, celulares y electrodomésticos. Se espera que la empresa anuncie su tercer año consecutivo de pérdidas, tras el ejercicio que cierra el sábado 31 de marzo.

El ocaso de la familia fundadora

Ayer, el presidente de Sanyo, Toshimasa Iue, anunció su renuncia al cargo debido a desacuerdos con Goldman Sachs y otras firmas financieras, que ahora tienen un control mayoritario de la empresa y que han buscado cambios más acelerados. Con la salida de Iue, de 44 años y nieto del fundador de Sanyo, se termina el liderazgo que la familia fundadora ha ejercido. Además, abre la posibilidad de vender algunas divisiones.

"No logré conquistar la confianza de las firmas financieras e inversionistas que son cruciales para la recuperación de Sanyo", dijo en una conferencia de prensa.

La semana pasada también renunció la presidenta de Sanyo, Tomoyo Nonaka, una ex periodista de televisión que asumió en 2005 con la misión de aportar las perspectivas frescas de alguien de afuera.

Seiichiro Sano, actual vicepresidente, asumirá el mando de la compañía. Se espera que este ejecutivo de 54 años sea más agresivo, en especial con la venta de activos, aunque ayer no quiso comprometerse a nada. "En cuanto al asunto de vender (nuestras operaciones de) telefonía móvil y cámaras digitales es algo que no se puede decidir a la ligera. Todavía estoy trabajando en el plan del año fiscal 2007", afirmó.


Como ocurre con otras compañías japonesas de electrónicos, Sanyo está en demasiados negocios y no es capaz de desprenderse de ellos. Desde la fundación de la empresa hace 60 años como un fabricante de luces para bicicletas, Sanyo ha agregado servicios y productos sin deshacerse de sus unidades más débiles. La razón principal era que no quería despedir a sus trabajadores. Además, no quería vender operaciones que habían sido creadas por su venerado fundador y quería permanecer en nichos de productos domésticos como ollas arroceras y televisores.

Los portafolios extensos de productos permiten a las compañías aprovechar las ganancias de negocios exitosos para invertir en nuevos nichos de alto crecimiento. Pero también limita los recursos que se pueden asignar a un producto. A excepción de las baterías, un segmento en el que está entre los líderes mundiales, Sanyo es un jugador pequeño en sus otros productos. Con una participación inferior al 1% del mercado global, ocupa el lugar 13 en celulares. En el mercado de televisores de pantallas LCD está en el lugar 29. Y en el segmento de cámaras digitales está perdiendo terreno frente a rivales de Taiwán.

Las ventas para el año fiscal terminado en marzo de 2006 registraron una caída de 3,5%, a US$20.500 millones. En noviembre, Sanyo dijo que esperaba pérdidas de cerca de US$420 millones para este año, revirtiendo un pronóstico anterior que arrojaba ganancias.

"Para Sanyo no es sostenible tener la misma cantidad de productos (que sus competidores más grandes)", dice Tatsuya Mizuno, analista de Fitch Ratings. "Sanyo obtendrá dinero en efectivo si vende algunos de sus negocios, por lo que debería aprovecharlo mientras aún tenga la oportunidad de manera de enfocar sus recursos en los pocos productos donde pueden marcar una diferencia".

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