jueves, marzo 29, 2007

El presidente ejecutivo rejuvenece a Shell y convence a los escépticos

The Wall Street Journal
Por Chip Cummins y Guy Chazan


LONDRES—Cuando Jeroen van der Veer, un aficionado al patinaje sobre hielo, asumió como máximo ejecutivo en Royal Dutch Shell PLC en 2004, los observadores se preguntaban cuánto duraría al mando de este gigante energético asediado por los escándalos.

Tres años después, sigue en el cargo y Shell está en camino de superar a su gran rival europeo, la británica BP PLC. Desde que asumió, el auge de los precios del crudo ha contribuido a aumentar las ganancias. Pero, al mismo tiempo, los altos costos y un menor acceso a nuevas reservas ha complicado a las grandes petroleras. Para aumentar la capacidad futura, Van der Veer ha llevado adelante varios proyectos de desarrollo grandes, pero riesgosos.

Rivalidad con BP

En la eterna rivalidad con BP, Shell ha recuperado el liderazgo. El año pasado, el desempeño bursátil de Shell superó al de BP, que se vio afectada por una serie de errores operacionales y escándalos en Estados Unidos, como problemas de seguridad en sus oleoductos en Alaska y una explosión en una refinería en Texas. Por primera vez en años, la capitalización de mercado de Shell es mayor a la de BP: US$213.000 millones frente a US$207.000 millones. Shell sólo es superada por Exxon Mobil Corp. entre las petroleras privadas.

Ayer, en una señal de confianza, la junta directiva de Shell extendió el contrato de van der Veer hasta 2009.

Pero no han sido años fáciles. Poco después de asumir, van der Veer eliminó la centenaria estructura dual holandesa-británica de la junta de la compañía. Esto permitió racionalizar el proceso de toma de decisiones y mejorar la rendición de cuentas. La compañía todavía tiene su casa matriz en La Haya pero cotiza principalmente en la Bolsa de Londres. A fines del año pasado, el gobierno ruso despojó a Shell de una participación mayoritaria en un crucial proyecto en Sajalín. Y tanto Shell como BP han tenido un desempeño inferior al de Exxon. Hace poco volvieron a decepcionar a los inversionistas al reducir sus cálculos sobre la producción de corto plazo.

Portafolio rejuvenecido

Van der Veer inició un tren de gastos superior al de sus competidores para invertir dinero en efectivo en una serie de proyectos energéticos "no convencionales". Shell espera que estos proyectos de largo alcance rejuvenezcan su tradicional portafolio de iniciativas petroleras. Esta apuesta de Shell va en serio. La compañía espera que, hacia 2015, un 15% de toda su producción de petróleo y gas natural provenga de estas fuentes no convencionales. Actualmente es un 5%.

El ejecutivo también ha tenido que reforzar el equipo de investigación y desarrollo. Como la mayoría de sus pares, Shell redujo sus inversiones en este ámbito y eliminó empleos durante los años 90, cuando los precios del crudo eran muy bajos. Van der Veer comenzó una espiral de contrataciones para sus grandes proyectos. Shell dice que el año pasado contrató a 4.500 profesionales experimentados.

"Hemos puesto sobre la mesa la tecnología, la investigación y el desarrollo de tecnologías", afirmó en una entrevista realizada en las oficinas londinenses de la compañía. "Pienso que es algo extremadamente clave para nuestro futuro".

Entre sus grandes apuestas figura un proyecto de petróleo y gas natural licuado en Rusia, evaluado en US$20.000 millones, y una planta que convierte gas natural en diesel en Qatar, cuyo valor es de US$18.000 millones.

Tras tres años de cautela, algunos analistas se están convenciendo de su estrategia. Los proyectos no convencionales de Shell deberían generar un crecimiento de la producción significativo después de 2010, dice Neil McMahon, analista de Sanford C. Bernstein. Esto le permitirá distanciarse de BP, que continúa con un portafolio convencional, afirma.

Van der Veer también ha superado al presidente ejecutivo de BP, John Browne, en la mesa negociadora. En 2004 logró firmar un acuerdo con Muammar Gaddafi para explorar depósitos de gas en Libia. En tanto, las negociaciones de Browne en Libia se han estancado en torno a las supuestas ambiciones de BP en ese país.

Las dudas iniciales de los inversionistas

Van der Veer entró a Shell cuando tenía 24 años, en 1971. Ingeniero mecánico, este holandés comenzó a ascender en las filas corporativas desde las divisiones poco glamorosas de refinamiento y químicos.

Su nombre llamó la atención cuando estuvo a cargo de una enorme refinería holandesa, donde tuvo que lidiar con problemas laborales y debió implementar un plan de expansión. Dentro de la compañía, Van der Veer "tiene la reputación de hablar directo", dice Mark Moody-Stuart, ex presidente de Shell y ahora presidente del gigante minero Anglo American PLC. "Pensativo, pero duro", agrega.

Al principio, los inversionistas internacionales no estaban entusiasmados con este hombre alto y flaco que tiene un fuerte acento al hablar inglés.

"Pensaba que (Shell) necesitaba un líder dinámico para impulsar la compañía", dice McMahon. "Pero viendo el rejuvenecimiento de su portafolio, tal vez (van der Veer) es exactamente lo que se necesita".

—Bhushan Bahree contribuyó a este artículo desde Viena.

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