martes, febrero 06, 2007

Condenan al poderoso presidente de Hyundai

The Wall Street Journal
Por: Evan Ramstad

Febrero 6, 2007. -- SEÚL — La decisión de un tribunal surcoreano de sentenciar a tres años de prisión a uno de los principales hombres de negocios del país es una clara señal de que Corea del Sur se ha esforzado para que sus grandes y poderosas compañías, conocidas como chaebol, rindan cuentas por sus prácticas ilegales.

El presidente de Hyundai Motor Co., Chung Mong Koo, fue sentenciado y condenado por malversación de fondos. El caso ilustra que, después de años de indulgencia en los casos de soborno y fraude contable, los tribunales se están uniendo a un movimiento de inversionistas, activistas y políticos que exigen mejores prácticas de gobierno corporativo en estos conglomerados, que desempeñan un papel clave en la economía surcoreana.

Aunque la sentencia de Chung todavía puede ser revocada en una apelación, "al revisar estos casos, los tribunales están aplicando principios cada vez más estrictos", dice Park Sang Il, un abogado corporativo de Seúl. "La transparencia gerencial se reconoce como algo cada vez más importante".

La sentencia también genera incertidumbre en la alta gerencia de Hyundai, sexto fabricante mundial de autos por volumen. La compañía ha tenido dificultades para mantener su tasa de crecimiento y para enfrentar la competencia de fabricantes más baratos de China. Hyundai dijo que Chung apelará el fallo y que mientras tanto seguirá al frente de la compañía.

Desde la crisis económica de 1998, Corea del Sur ha tratado de presionar a sus grandes compañías para que se adapten a los estándares internacionales de gobierno corporativo, transparencia financiera y responsabilidad ejecutiva. Una razón es que los bancos redujeron sus préstamos comerciales después de la crisis, lo que ha forzado a las empresas a depender más de los inversionistas locales y extranjeros, los cuales exigen eficiencia y una mejora consistente de las operaciones.

Sin embargo, el cambio ha sido difícil para varias de las compañías más exitosas del país, como Hyundai, Samsung Electronics y LG Electronics. Estas empresas siguen bajo el control de los hijos de los fundadores, quienes tienden a dirigirlas como si fueran empresas familiares en vez de compañías que cotizan en bolsa.

Perdón presidencial

Analistas e inversionistas de Corea del Sur mostraron cautela sobre la posibilidad de que la sentencia de Chung realmente se concrete. Señalan el caso de Chey Tae Won, presidente de SK Corp., la mayor compañía energética del país, que fue condenado en 2003 por un fraude contable de US$2.000 millones. El año pasado, su sentencia de tres años de prisión fue suspendida por un tribunal de apelaciones.

Además, algunos presidentes incluso han intervenido en favor de los ejecutivos condenados, perdonándolos. Los analistas anticipan que Chung podría pedir el perdón del mandatario en caso de que su apelación resulte infructuosa.

La sentencia de Chung sorprendió a muchos en Corea del Sur, quienes creían que sería declarado culpable, pero también que el tribunal suspendería la condena.

Chung, uno de los ejecutivos más poderosos de Corea, es el hijo del fundador de Hyundai Motor. En 1999 llegó al cargo máximo de la automotriz y ya ha tomado medidas para pasarle el control a su hijo. El ejecutivo responde ante una junta directiva de seis miembros, que lo incluye a él, dos altos ejecutivos y tres directores externos que carecen de experiencia en negocios internacionales y en la industria automotriz. Aunque Chung apenas aparece en público, Hyundai ha creado un aura de omnipotencia a su alrededor. Su foto aparece con frecuencia en los sitios web de la compañía, los folletos corporativos y los reportes anuales, mientras que los nombres de otros ejecutivos y directores suelen permanecer en el anonimato. Cuando tras su arresto, el año pasado, pasó dos meses en la cárcel, la empresa detuvo los planes de inaugurar plantas y retrasó otras decisiones estratégicas.

Pese a este ambiente de veneración, el tribunal concluyó que Chung había creado un fondo de US$100 millones, con dinero desviado de Hyundai Motor y sus filiales, destinado a obtener favores del gobierno. Chung utilizó varios millones para uso personal, reveló la corte. "Estas prácticas tienen que ser erradicadas", dijo ayer en su sentencia Kim Dong Oh, el juez que presidió el jurado.

El veredicto llega en momentos en que Hyundai enfrenta varios desafíos, tanto en casa como a nivel global. La compañía trata de resolver problemas de mano de obra en Corea del Sur y recortar costos en vista del creciente valor del won coreano, que perjudica su competitividad global.

— Lina Yoon contribuyó a este artículo

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