lunes, noviembre 27, 2006

Ferrari se convierte en un modelo de lujo para la atención de salud

The Wall Street Journal

November 27, 2006 4:05 a.m.
Por Gautam Naik

LONDRES—Después de que los cirujanos completaron una operación de seis horas para cerrar un agujero en el corazón de un niño de tres años, Angus McEwan supervisó una de las fases más peligrosas del procedimiento: el traslado del niño de la sala de cirugía a la unidad de cuidados intensivos.

En los hospitales, se dan todos los días miles de traslados en los que pueden ocurrir terribles errores. Éste transcurrió sin problemas gracias a las técnicas que el equipo de Fórmula Uno Ferrari utiliza en sus pits.

En una de las colaboraciones más insólitas de la medicina moderna, el Hospital Infantil Great Ormond Street, el mayor hospital infantil del Reino Unido, rediseñó sus técnicas de transferencia de pacientes, siguiendo la coreografía de las paradas de pits del equipo italiano. El proyecto lleva dos años en funcionamiento y ha ayudado a reducir los errores.

El desafío de mover un paciente a otra unidad no es nuevo. Un estudio de 2005 reveló que cerca de 70% de los errores evitables en hospitales ocurren por problemas de comunicación. Otros estudios van más allá y sugieren que al menos la mitad de tales crisis ocurren durante los traslados.

Un domingo de 2003, tras un día especialmente complicado, Allan Goldman, director de la unidad pediátrica de cuidados intensivos de Great Ormond, y el cirujano Martin Elliot aprovecharon un descanso para desplomarse en una sofá y ver la televisión. Así, se toparon con una transmisión de una carrera de Fórmula Uno. Ambos notaron las increíbles similitudes entre los traslados de pacientes en su hospital y el intercambio de tareas en los pits. En las carreras, un equipo de 20 personas cambia los neumáticos del auto, ajusta el alerón frontal, limpia las rejillas de ventilación y devuelve el auto a la pista en siete segundos. En comparación, los traslados en los hospitales parecían torpes y lentos.

El dúo invitó a miembros del equipo británico de Fórmula Uno McLaren, para que les explicaran el funcionamiento de las maniobras en los pits. Aprendieron que el énfasis debe estar en los errores pequeños en vez de los evidentes.

Ese punto le llamó mucho la atención a Marc de Leval, un cirujano de Great Ormond, quien se dio cuenta de que las paradas en los pits eran exitosas por la obsesión con los detalles, conclusión similar a la que sacó en 2000 en su informe sobre operaciones arteriales.

El hospital también se puso en contacto con Ferrari, que invitó a Elliot, Goldman y a Ken Catchpole, un experto en factores humanos contratado por el hospital, a su sede principal en Maranello, Italia. Allí los médicos le mostraron a Nigel Stepney, el director técnico de la escudería, un video de un traslado en el hospital. El técnico de Ferrari se sorprendió ante la torpeza e informalidad del proceso de traslado, recuerda Catchpole, quien es ahora un investigador en la Universidad de Oxford. En la reunión, Stepney describió cómo la escudería requiere que cada miembro desempeñe un trabajo específico, en una secuencia específica, y en silencio. En cambio, anotó, las transferencias en los hospitales solían ser caóticas. Diferentes médicos se comunicaban con las enfermeras simultáneamente, mientras miembros del equipo desconectaban o reconectaban los aparatos sin seguir un orden establecido.

Al volver a Londres, Goldman y sus colegas incorporaron las lecciones de Ferrari en sus técnicas de traslados. Escribieron un protocolo de siete páginas describiendo cada paso. Entre diciembre de 2003 y diciembre de 2005, condujeron un estudio para ver si los cambios marcaron una diferencia en la seguridad de los pacientes. Pese a que el estudio no trató de medir si los cambios habían disminuido las muertes, concluyó que el promedio de errores técnicos por traslado bajó 42% y las "omisiones de información en la entrega" cayeron 49%. También tardaron menos en cada traslado.

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