miércoles, noviembre 08, 2006

El etanol le da un empujón al maíz

The Wall Street Journal

November 8, 2006 4:05 a.m.
Por Scott Kilman

La floreciente industria del combustible basado en etanol está reescribiendo las reglas de la economía en las planicies centrales de Estados Unidos, con grandes implicaciones para los consumidores, los fabricantes de alimentos y los agricultores.

Hace unos meses, la industria del combustible a base de maíz obtuvo grandes ganancias gracias al aumento en el precio del aceite. Esas utilidades gigantescas se han reducido a niveles más moderados, enfriando la fiebre por las acciones de productores como Archer-Daniels-Midland Co. y perjudicando algunas salidas a bolsa.

Sin embargo, la persistente expansión de la industria del etanol y su insaciable apetito por maíz están encendiendo el mayor mercado alcista de granos desde los años 70, cuando la Unión Soviética emergió de golpe como un gran comprador de materias primas. El precio del maíz —el grano más sembrado en EE.UU. y uno de los ingredientes más habituales de la cadena alimenticia— saltó casi un 55% desde mediados de septiembre, cuando agricultores estadounidenses empezaron la tercera cosecha de maíz más grande de la historia.

El precio de los granos normalmente cae a sus mínimos del año durante la cosecha. Aun así, el precio del maíz ha perforado en las últimas semanas la barrera de los US$3 por bushel (25,4 kilos) y parece seguir en alza. "Los efectos del etanol son lo más importante que está ocurriendo hoy en la agricultura", dice Keith Collins, economista jefe del Departamento de Agricultura de EE.UU. "Estamos hablando de un nuevo precio de referencia más alto para el maíz", agregó.

La posibilidad de un nuevo escenario para el precio del maíz representa un cambio en los equilibrios de poder del sector. También provoca dolores de cabeza para los productores globales de alimentos, quienes se habían beneficiado de casi una década de ingredientes abundantes y baratos hechos con productos como el maíz.

El maíz tiene numerosos usos, desde engordar cerdos y pollos hasta hacer gaseosas y cereales. La popularidad del maíz está perjudicando aún más a las marcas de alimentos envasados, que ya estaban preocupadas por los aumentos en los precios de la harina y el azúcar.

"Esto tiene que ver con las materias primas", dijo el director financiero de Kellogg Co., Jeffrey Boromisa, el mes pasado cuando explicó a analistas por qué había caído el margen de ganancias del negocio de cereal para el desayuno de la compañía.

La tendencia está golpeando a algunos empresarios ganaderos en EE.UU. Mike Aardema, dueño de un rancho con 4.000 vacas lecheras, dice que el alza del precio del maíz está aumentando el costo del alimento para animales en centenares de miles de dólares al año. Normalmente, él gasta US$6 millones al año en las raciones. "No me gusta este auge del etanol", dice Aardema, quien teme verse obligado a recortar su producción si el precio sigue subiendo. Una vaca lechera debe comer alrededor de 4,5 kilos de maíz por día para producir leche. En el mundo de la ganadería, se necesitan seis kilos de maíz para producir un kilo de carne de vacuno.

El actual aumento de los precios es el primero en décadas que no está impulsado por desastres naturales o crecimientos de la demanda global, cuyos efectos tienden a desaparecer rápidamente y a dejar al sector agropecuario con una resaca tremenda. De todas maneras, economistas como Michael Swanson, de Wells Fargo & Co., temen que la industria del etanol pueda estar creciendo demasiado rápido, y que cualquier temblor desinfle el precio del maíz. La creciente producción de etanol y la caída en los precios de la gasolina se han combinado para bajar el precio del etanol un 45% desde su máximo, hace cuatro meses. La mayor importación a EE.UU. de etanol de caña de azúcar, proveniente de Brasil, también contribuyó a la baja.

Sin embargo, la industria del etanol es todavía tan rentable en EE.UU. —gracias en parte a los incentivos impositivos del gobierno federal y de los estado—, que los analistas están empezando a calcular que sería necesario que el precio del maíz alcanzara US$4 por bushel para calmar la demanda. Un nivel tan alto enviaría ondas inflacionarias a muchos productos de la canasta familiar de los consumidores estadounidenses.

"El precio del maíz va a tener que subir mucho para frenar las inversiones en etanol", dice Dan Basse, presidente de AgResource Co., una consultora de commodities en Chicago.

Los analistas de Wall Street están empezando a recortar sus previsiones de ganancias para los fabricantes de alimentos, con el argumento de que los mayores costos ajustarán sus ganancias.

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