lunes, marzo 05, 2007

En México, Wal-Mart pasa de villano a héroe

The Wall Street Journal
Por John Lyons

Marzo 5, 2007.-- JUCHITÁN, México—Desde tiempos inmemorables, hacer compras en esta pequeña ciudad zapoteca se traducía en una pobre selección y precios altos en productos que van desde medicinas a hornos de microondas. Aquí, la mayoría de las familias sobrevive con menos de US$4.000 al año. Así, no es de extrañar que este remoto rincón de Oaxaca le diera la bienvenida a Wal-Mart.

En Estados Unidos, Wal-Mart Stores Inc. es conocida tanto por su obsesión por los precios bajos como por las numerosas críticas que despierta y su crecimiento es cada vez más lento. En México, en cambio, Wal-Mart es todo un éxito. A los consumidores de los países emergentes les preocupan más los precios bajos que las críticas a la multinacional.

Esto está convirtiendo a Wal-Mart en una fuerza dominante en América Latina. Wal-Mart de México S.A.B., filial que cotiza en bolsa del gigante estadounidense, no sólo es el mayor empleador privado de México, sino también la mayor cadena minorista en América Latina, con 895 tiendas. Se espera que las ventas de Wal-Mex, como se conoce a la filial mexicana, crezcan 16% este año para ascender a los US$21.000 millones, lo que equivale a un cuarto de los ingresos de Wal-Mart fuera de EE.UU. Los ingresos internacionales subieron un 30% a US$77.100 millones, un 22% de las ventas totales de Wal-Mart en el año fiscal terminado el 31 de enero. Este año, se espera que las ganancias de Wal-Mex crezcan un 20%, hasta alcanzar US$1.300 millones.

Mientras, los mayores tropiezos de Wal-Mart han sido en los mercados más desarrollados. A la empresa le costó aproximadamente US$1.000 millones retirarse de Alemania y Corea del Sur.

Ahora, Wal-Mart apunta a los países más pobres y poblados del mundo como motor de su crecimiento futuro. La empresa, por ejemplo, ha comprado una cadena minorista en China y trata de expandirse en India mediante nuevos socios locales.

"Wal-Mart puede tener un efecto drástico en los mercados emergentes", advierte Mark Husson, analista especializado en la cadena para HSBC Securities. "Si uno analiza dónde Wal-Mart ha tenido menos éxito, se da cuenta que ha sido en países ricos como Alemania y Japón", agrega.

Los ingresos de Wal-Mart en EE.UU. crecieron un 7,8% el año pasado. En un intento por importar parte del éxito de Wal-Mex, la compañía ascendió a Eduardo Castro-Wright, un alto ejecutivo de la filial mexicana entre 2001 y 2005, a presidente ejecutivo de las tiendas en EE.UU. Castro-Wright también es un miembro de la junta directiva de Dow Jones & Co., casa editorial de The Wall Street Journal.

Cuando Wal-Mart estaba construyendo una tienda en Juchitán en 2005, los pequeños minoristas locales trataron de despertar un sentimiento popular de oposición contra los invasores estadounidenses. Pero sus esfuerzos no fructificaron y las ventas en el día inaugural fueron tantas, que al final "parecía que el lugar había sido saqueado", recuerda Max Jiménez, un gerente de la tienda. El éxito es tan rotundo que sus ventas casi duplicaron los pronósticos iniciales de Wal-Mart del año pasado y sigue atrayendo a consumidores que viven a horas de distancia.


La apuesta de Wal-Mart por México coincidió con el momento en que el país se abría al comercio global. Después de la devastadora caída de su moneda y la resultante crisis económica en 1994, Sears Roebuck & Co. y Kmart se retiraron. Pero Wal-Mart resistió.

En México, Wal-Mart representa el contrapeso a los poderes que controlan el comercio. Una de las economías más cerradas del mundo hasta finales de los años 80, México estuvo dominada durante décadas por un puñado de grandes minoristas. Juntos formaban una asociación minorista llamada ANTAD y la competencia agresiva entre ellos era un tema tabú.

Los empleos en Wal-Mart pagan bien según los estándares mexicanos y sirven para entrar a los sistemas estatales de salud y jubilación. En un país donde las conexiones familiares suelen tener más peso que el talento, Wal-Mart crea oportunidades económicas preparando a trabajadores que pueden ascender por la pirámide gerencial. Wal-Mart ha ayudado a bajar los precios de bienes tan básicos como los tomates y los pañales.

Wal-Mart entró a México en 1991, mediante una asociación con el minorista local Cifra SA. Cuando Wal-Mart empezó a promocionar comparaciones de precios resaltando que sus productos eran mucho más baratos, otros minoristas se enfurecieron. En 2002, Wal-Mex fue expulsada de ANTAD. Los rivales se vieron obligados a mejorar el servicio y a mantener el ritmo de los recortes de precios para sobrevivir.

Sin embargo, no todos los mexicanos se alegran de que Wal-Mart acapare la mitad de todas las ventas en los supermercados del país. En los últimos años, muchos pequeños comerciantes se han unido con intelectuales de izquierda para impedir la construcción de nuevos Wal-Mart en varios lugares.

"Cuando la pequeña empresa quiebra, la clase media se vuelve más pequeña", dice Sebastián Álvarez, propietario de una licorería y miembro de un grupo que trata de impedir la construcción de un Wal-Mart en Los Cabos, la meca del turismo al sur de la península de Baja California.

Sin embargo, hasta ahora la mayoría de estos intentos ha fracasado. Global Exchange, un grupo antiglobalización con sede en San Francisco, está asesorando a Álvarez y otros pequeños minoristas en Los Cabos que se oponen a la entrada de Wal-Mart a Baja California Sur, el único estado mexicano sin uno. El grupo pensó que encontraría un aliado en su reciente alcalde izquierdista y crítico del libre comercio Luis Díaz. Sin embargo, el edil ve la llegada del minorista estadounidense con buenos ojos.

"Puedo entender que algunas empresas salgan perjudicadas por Wal-Mart, pero el hecho es que la gente lo quiere. Incrementa el poder adquisitivo de personas con muy poco dinero", explica Díaz.

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