lunes, enero 15, 2007

El fin de una era: John Browne se va de BP

The Wall Street Journal

January 15, 2007 4:05 a.m.
Por Bhushan Bahree y Chip Cummins

Tras una serie de escándalos en Estados Unidos en los últimos años, John Browne, quien transformó a BP PLC en una potencia petrolera global, abandonará su puesto a mediados de año, 17 meses antes de lo previsto. Será reemplazado por uno de los ejecutivos que más tiempo ha trabajado con él.

La sorpresiva decisión de nombrar a Tony Hayward como presidente ejecutivo a partir de agosto, anunciada el viernes pasado, se produce en un momento en el que BP ha estado intentando, con resultados desiguales, recuperarse de los problemas relacionados con los derrames de petróleo en Alaska, un accidente mortal en una refinería de Texas y acusaciones de irregularidades comerciales en los mercados de energía, las cuales ha negado.

El cambio, dijeron personas cercanas, es un intento de la junta directiva por evitar un período potencialmente catastrófico de falta de dirección en BP, la cual hasta hace dos años se encontraba entre las compañías con mejor reputación en la industria petrolera mundial.

Hayward, un candidato al puesto desde hace mucho tiempo, ha actuado de segundo de Browne desde 1995, cuando el ejecutivo comenzó la transformación de BP. Hayward ha dirigido el departamento de finanzas de BP y también la división de exploración y producción, el centro y principal fuente de ingresos de la compañía.

Transición demasiado larga

Aun así, Hayward tendrá un camino complicado.

Mañana, una comisión encabezada por el ex secretario de Estado estadounidense James Baker publicará un informe sobre la explosión en una refinería de BP en Texas que causó 15 muertos en 2005. Fuentes cercanas a la situación dijeron que la partida de Browne no está relacionada con las distintas investigaciones que enfrenta BP.

La junta directiva había elaborado un plan de sucesión a fines del año pasado, el cual incluía el nombramiento de Hayward como heredero y dejaba a Browne con el riesgo de pasar a ser un ejecutivo poco efectivo en medio del cambio. "Una transición de 18 meses no es sostenible", explicaron las fuentes.

El viernes, los inversionistas recibieron la medida muy bien. Los ADR de BP en Nueva York cerraron en US$64,64, un alza de US$3,05, ó 5%, una ganancia superior al 4,5% registrado en todo 2006. BP es uno de los mayores productores de petróleo y gas natural de EE.UU. y es el mayor proveedor de gas natural del país.

"Tony Hayward es la opción perfecta", dijo Fadel Gheit, analista de energía en la consultora financiera Oppenheimer & Co. "Tiene 10 años menos que Browne y durante una década ha básicamente copiado el ascenso a la cima de su jefe". Tras abandonar BP, Browne se unirá a Apax Partners, una gran firma de capital privado con sede en Londres, dicen quienes conocen sus planes.

La partida de Browne marcará el fin de una era para la industria: es una de las tres personas que reformularon el negocio en la década de los 90, junto con el presidente de Exxon Mobil Corp., Lee Raymond, quien se retiró el año pasado, y Thierry Desmarest, de la francesa Total SA, quien cederá su puesto como presidente el mes próximo. En una ola de adquisiciones que inició BP con la compra de Amoco Corp., por US$62.000 millones en 1998, los tres crearon las mayores petroleras del mundo.

Multiplicar por cinco

"John Browne fue el verdadero líder que transformó la industria", dijo J. Robinson West, presidente de PFC Energy, una consultora estadounidense. "Cuando ocupó su puesto, BP estaba casi en quiebra y desorientada. Transformó a la compañía y la industria de la energía". BP dijo que desde que Browne fue nombrado presidente ejecutivo, en 1995, su capitalización de mercado se ha quintuplicado y sus ganancias por acción han aumentado más de un 600%, mientras que el precio de su acción registró un alza del 250%.

Esa era ha terminado. Ahora, las compañías de energía más influyentes del mundo son propiedad o están dominadas por países como Arabia Saudita o Rusia, a medida que una industria que en el pasado había sido dominada por estadounidenses y europeos ha pasado a ser mucho más global.

BP ha descendido del segundo al quinto puesto en términos de capitalización de mercado, por detrás de recién llegadas como la rusa OAO Gazprom y la china PetroChina Corp.
En cierta manera, Browne ha sido víctima del rápido crecimiento de su compañía.

Hacia 2003, tras cuatro grandes compras, BP había reconocido que necesitaba poner orden en sus operaciones. Pero demostró ser incapaz de controlar las complejidades operativas de sus extensos negocios de extracción y refinación de petróleo, un fracaso que está en la raíz de los contratiempos que la han plagado en EE.UU. en los últimos años.

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