martes, octubre 24, 2006

Historia de una reportera: cómo fui espiada por H-P

The Wall Street Journal

October 20, 2006 4:05 a.m.
Por Pui-Wing Tam

Sin que mi familia o yo lo supiéramos, alguien contratado por Hewlett-Packard estaba revisando nuestra basura a principios de este año.

El estudio de nuestra basura fue llevado acabo por Security Outsourcing Solutions Inc., una firma de investigación privada que presta servicios a H-P. Es lo que me explicaron ejecutivos de H-P en una sesión informativa esta semana. La empresa no supo decir si los detectives encontraron pañales sucios de mi bebé.

Fui informada sobre esto y mucho más durante una reunión el miércoles en las oficinas en San Francisco de una firma de abogados contratada por la gigante tecnológica. El abogado John Schultz, del bufete Morgan, Lewis & Bockius, recitó una larga lista de tácticas de espionaje que los agentes de H-P usaron en contra mía como parte de un esfuerzo por identificar a los miembros de su junta directiva que estarían filtrando información interna a la prensa.

Schultz me informó que durante casi un año H-P recolectó datos sobre mi vida privada. Los investigadores, dijo, intentaron por lo menos cinco veces obtener acceso al teléfono de mi casa, mi celular, y al historial de llamados del teléfono de mi oficina. En varias ocasiones lo lograron. H-P ahora tiene listas de llamadas que hice a personas como mis editores, mi marido, mi aseguradora y una fuente que trabajaba para una rival de H-P.

Los detectives contratados por H-P tenían mi foto y revisaron videos dónde aparezco, dijo Schultz. Me tenían bajo "vigilancia" y me seguían a ciertos eventos para averiguar si me encontraría con algún miembro de la junta directiva de H-P (no lo hice). También realizon inspecciones "pre-basura" en mi casa a principios de este año, reveló Schultz.

El abogado estaba cumpliendo con una promesa que el presidente ejecutivo de H-P, Mark Hurd, hizo ante el Congreso estadounidense el mes pasado. Prometió que la empresa entregaría los detalles de la investigación a las víctimas del espionaje. H-P me dijo, por email, que recibiría una "explicación completa" sobre los datos que H-P recolectó sobre mí y "detalles precisos de los métodos usados en el proceso".

Lo que más me sorprendió fueron las preguntas que Schultz dejó sin contestar: ¿Cómo lograron los detectives de H-P obtener mis teléfonos? ¿Cuándo revisaron videos míos? ¿Estacionaron sus autos delante de mi casa? Y que significa "inspecciones pre-basura"? A esa pregunta, Schultz contestó: "Sencillamente no lo sabemos".

De hecho, parece haber muchas cosas que H-P no sabe o ha preferido no revelar sobre qué exactamente hicieron para espiarme. Schultz me dijo que todavía no me puede proveer un cuadro completo debido a que las firmas de seguridad contratadas no están cooperando con sus pedidos para revelar informaciones sobre su trabajo de investigación.

Yo ya me había enterado de muchos de los detalles sobre lo que H-P hizo en mi caso a través de documentos que ahora se hicieron públicos. Según esos documentos, H-P recopiló informaciones sobre mi marido, incluyendo detalles sobre nuestro compromiso y boda.

Los detectives revisaron mensajes telefónicos que dejé a un miembro de la junta de H-P y tenían una descripción de mi auto. Leyeron mis mensajes instantáneos a un ejecutivo de relaciones públicas de H-P. Según el fiscal general de California, los detectives de H-P también usaron los últimos cuatro dígitos de mi número del seguro social para hacerse pasar por mí y obtener mi historial telefónico.

El abogado de H-P no aclaró ninguno de esos detalles, pero algo está cada vez más claro: H-P hizo un gran y extraño esfuerzo por excavar datos sobre mi vida privada.

Los métodos usados por H-P para espiar a sus directores y a periodistas están "lejos de ser una práctica estándar", dice Ann Keating, ejecutiva de Investigative Group International Inc., una consultora de seguridad y de investigación. Revisar la basura y tareas de vigilancia, dice, son por lo general tácticas más comunes "en casos matrimoniales, usando alguien en la pareja sospecha una infidelidad".

H-P consideró esas tácticas en su investigación interna sobre filtraciones llamada Kona y Kona II, las que se implementaron en dos fases, una en 2005 y otra a inicios de este año. Durante las investigaciones, H-P secretamente vigiló a los miembros de su junta, nueve periodistas y otras personas.

El escándalo, que se hizo público en septiembre, ha provocado la renuncia de tres ejecutivos y tres directivos, incluyendo la ex presidenta de la junta Patricia Dunn. A principios de este mes, el fiscal general de California, Bill Lockyer, presentó cargos por fraude y conspiración en contra de Dunn y cuatro ejecutivos más debido a las tácticas que se usaron durante la investigación interna. Dunn no se ha pronunciado judicialmente respecto a los cargos.

Yo fui blanco de la investigación porque desde 2002 hasta principios de este año cubría H-P para The Wall Street Journal. La primera investigación sobre posibles filtraciones a la prensa por parte de miembros de la junta de H-P se inició después de un artículo que escribí para The Wall Street Journal revelando detalles sobre la insatisfacción de la junta con la entonces presidenta ejecutiva Carly Fiorina. Esto enojó a Fiorina, quien decidió lanzar una investigación para determinar quién había sido la fuente del artículo. Fiorina fue despedida en febrero de 2005, pero las investigaciones sobre la filtración continuaron.

Dunn ha dicho que mi artículo y otros que se publicaron después crearon un clima de "desconfianza fundamental" en la junta, porque significaban que alguien estaba hablando con la prensa cuando no debería hacerlo, lo que hizo que la investigación fuera "necesaria". H-P afirmó hace poco que su pesquisa no logró identificar a los que podrían haber filtrado información. La empresa dijo que una segunda investigación, realizada este año, identificó al miembro de la junta George Keyworth como una fuente para CNET, un sitio Web de noticias sobre el sector tecnológico. Keyworth renunció a su cargo.

Varios ejecutivos de H-P se han disculpado efusivamente por las investigaciones. Hurd ofreció disculpas en una conferencia de prensa y ante el Congreso. Dunn envió emails a los nueve periodistas investigados disculpándose también (en la copia que me envió, mi nombre estaba escrito con una fuente distinta al resto del texto). El miércoles, en la firma de abogados, fue el turno de Cathy Lyons, directora de marketing de H-P. "Pido perdón en nombre de H-P", dijo.

¿Será H-P capaz de revelarme algún día toda la verdad? Debido a la falta de cooperación de los investigadores, "hay limitaciones", contestó Schultz.

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