lunes, octubre 16, 2006

El ganador del Nobel de Economía dice que los estadounidenses deberían pagar más impuestos

The Wall Street Journal

October 16, 2006 4:05 a.m.
Por Mark Whitehouse


Desde su surgimiento en el siglo XVIII, la economía política se ha ocupado principalmente de dos asuntos: cómo se enriquecen las sociedades y cómo esa riqueza se puede repartir de manera justa. El pensamiento del ganador del Premio Nobel de Economía de este año, Edmund Phelps, se acerca a esa tradición. El profesor de la Universidad de Columbia ha examinado las raíces de la prosperidad y la forma de mantener la justicia económica, no sólo ahora sino a lo largo de varias generaciones.

En una entrevista realizada en su universidad, con sede en Nueva York, el profesor Phelps conversó, entre otras cosas, sobre las razones por las que los estadounidenses deberían pagar más impuestos y hacer más por aumentar los salarios de los pobres.

WSJ: Muchos economistas piensan que Estados Unidos actúa de manera irresponsable al gastar más de lo que produce y al acumular grandes deudas. Su "regla de oro" de acumulación de capital afirma que cada generación debe ahorrar cierta cantidad para que las generaciones futuras puedan disfrutar la misma calidad de vida. ¿Deberíamos estar preocupados?

Phelps: Hay que ver la economía mundial. En general, el mundo ha ahorrado lo suficiente. China debería recibir buenas notas. Pero le daría malas notas al gobierno de EE.UU., que consistentemente ha registrado déficit presupuestario en momentos en los que comenzamos a enfrentar las enormes obligaciones de pensiones de la generación de posguerra (baby boom).

WSJ: Usted ha sugerido que la economía de EE.UU. podría superar las dificultades demográficas si la productividad, esto es, la capacidad de obtener más producción por cada hora trabajada, continúa en alza. ¿Le parece esto probable?

Phelps: Dada la estructura actual de la economía, me parece improbable. Creo que los economistas deberían examinar maneras para que la economía sea sistemáticamente más dinámica, para que podamos tener una inversión alta y un sólido empleo la mayoría del tiempo, no sólo cuando se produce una revolución al estilo de Internet.

WSJ: Si no se produce una nueva revolución productiva, ¿cómo puede EE.UU. resolver el problema de sus obligaciones inminentes? ¿Debería elevar los impuestos o recortar los beneficios sociales?

Phelps: Durante las dos últimas décadas, el gobierno prácticamente ha abolido los impuestos para mucha gente de bajos ingresos. Esto fue un error, porque necesitamos todos los ingresos tributarios que podamos conseguir. Es ineficaz tener bajas tasas de impuestos marginales sobre ingresos bajos, porque la gente con ingresos medios y altos recibe los mismos incentivos tributarios, pero no tienen ningún incentivo para trabajar más. Lo que habría que hacer es ofrecer alivios impositivos que incentiven a la gente a ganar más. En mi opinión, el presidente George W. Bush debió haber reanudado los impuestos para la gente con bajos ingresos en vez de reducir los impuestos para los que tienen altos ingresos.

WSJ: ¿Es esto económicamente justo en momentos en que la brecha entre los ricos y pobres ha aumentado?

Phelps: Creo que la justicia económica es sobre las tasas salariales en el rango bajo y cómo se comparan al rango medio. Demasiada gente en EE.UU. está desempleada, y cuando tiene trabajo no gana lo suficiente para tener un estilo de vida decente. Mi solución: subvenciones para las empresas que continuamente emplean a trabajadores de bajos salarios. Así aumentará la demanda por estos empleados y finalmente se impulsarán sus salarios.

WSJ: Usted ha estudiado maneras para reducir permanentemente el desempleo. ¿Tiene algún consejo?

Phelps: Pienso que hay demasiada riqueza inactiva en la economía estadounidense. Esta riqueza genera incentivos negativos en cuanto a la oferta de trabajo, el desempeño del empleado y, quizás, incluso la innovación. Nos hemos hecho ricos gracias, en parte, a bajas tasas impositivas que no se pueden sostener. Desde ese punto de vista, sería bueno que el gobierno elevara los impuestos y registrara grandes superávit hasta que eliminemos la deuda pública. En el corto plazo, las tasas impositivas más altas pueden ser desagradables. Pero en el largo plazo, con la deuda reducida o eliminada, los incentivos para trabajar o para avanzar en el mundo se ampliarían, porque las tasas salariales después de impuestos, en cuanto a proporción de la riqueza, serían más altas.

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