jueves, mayo 25, 2006

THE WALL STREET JOURNAL

En busca de costos bajos, Intel se instala en el interior de China

May 25, 2006 4:05 a.m.
Por Evan Ramstad y Qin Juying


CHENGDU, China — Cuando la estadounidense Intel Corp. empezó a instalarse en las afueras de Chengdu hace tres años, la ciudad contaba con un santuario de osos panda, una de las gastronomías más aliñadas del país y una industria pesada que envejecía rápidamente. Lo que no tenía era una planta de alta tecnología.

Pero desde diciembre la ciudad cuenta con una fábrica de Intel que produce cientos de chips al mes. Los chips se utilizan en los microprocesadores, que son los verdaderos cerebros de las computadoras.

Lo que Intel aprenda de esta experiencia podría ayudar al mayor fabricante de microprocesadores del mundo en su campaña por expandir su capacidad manufacturera a territorios vírgenes. Ningún fabricante de chips ha sido tan agresivo como Intel en su expansión internacional. Su red mundial de fábricas, que abarca seis estados en Estados Unidos, Costa Rica, Irlanda, Israel y tres países asiáticos, es clave para mantener los márgenes de ganancia altos y los costos bajos. Ello, a su vez, contribuye a reducir el costo de las PC que utilizan los chips de Intel.

La empresa ya opera tres plantas en la próspera metrópoli costera de Shanghai. Pero es un mundo muy lejano al de Chengdu, una ciudad de más de 10 millones de habitantes en la provincia de Sichuan, una de las más subdesarrolladas de China. Aquí, en la parte occidental de China, los costos laborales de las fábricas son en promedio un 30% más bajos que en Shanghai. Además, para atraer a empresas, las ciudades de la región están más dispuestas a ofrecer incentivos tributarios.

Intel evaluó varias ciudades en la región. Cuando en 2001 los representantes de la compañía visitaron Chengdu por primera vez, el terreno que ahora ocupa la planta estaba repleto de pequeñas granjas. Pero Chengdu causó muy buena impresión en los ejecutivos de Intel.

Cuando la empresa auspició una feria informática en Chengdu y el entonces presidente ejecutivo,
Craig Barrett, visitó la ciudad, fue seguido por unas 200.000 personas, como si se tratara de una estrella de rock. "Quedamos absolutamente fascinados por la pasión de Chengdu hacia la tecnología", confiesa Ian Yang, el actual gerente país de Intel para China.

Sin embargo, la ubicación de la ciudad presentaba problemas. A los ejecutivos de Intel les preocupaba que los fabricantes locales no fueran el mejor campo de entrenamiento para la futura fuerza laboral de la compañía. Temían que los procesos de manufactura justo a tiempo —que le permiten satisfacer los pedidos de fabricantes como Dell y Hewlett-Packard en cuestión de horas— serían tan nuevos en China que quienes estaban acostumbrados a trabajar en las compañías locales tendrían problemas para adaptarse.

Muchas empresas extranjeras en China enfrentan desafíos similares, en especial cuando se empiezan a alejar de las zonas de la costa, más desarrolladas, en busca de menores costos y talentos nuevos.

Algunas auspician programas de capacitación en universidades con el fin de crear una lista de potenciales empleados. Dentsu Inc., la mayor agencia de publicidad de Japón, construyó una escuela especial para exponer a los alumnos chinos a las tácticas de marketing que no son comunes en ese país. La filial de productos médicos de Philips Electronics está ayudando a construir una universidad de biomedicina en Shenyang.

En Chengdu, Intel decidió capacitar desde cero a la mayoría de sus empleados. Todos los empleados serían enviados a plantas que la compañía tiene en Shanghai, Malasia y Filipinas. Pero, como descubrió Intel, el entrenamiento tendría que comenzar aun antes de la graduación universitaria.

Los ejecutivos de Intel visitaron las universidades y escuelas vocacionales en la región para evaluar a los profesores y las materias que se enseñan. Para preparar mejor a sus futuros empleados, la empresa hizo las gestiones para agregar cursos sobre física de semiconductores y procesos de fabricación, y compró los libros de texto para dos de las principales universidades locales.

"Intentamos crear un ecosistema para que las universidades locales nos proporcionen talento suficiente", explica Yan Chen, director de educación de Intel en China. Intel ahora está repitiendo su proceso de contratación y capacitación mientras da los toques finales a una segunda planta en Chengdu, que dará empleo a unas 1.000 personas.

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