jueves, enero 05, 2006

THE WALL STREET JOURNAL

Los genéricos le quitan el brillo a Pfizer

January 5, 2006 4:05 a.m.
Por Scott Hensley

Pfizer, la mayor farmacéutica del mundo, atraviesa por momentos difíciles. Y no es solamente por el vencimiento de las patentes que protegen a varios de sus principales medicamentos, un golpe anticipado por la empresa y sus inversionistas desde hace mucho. Lo nuevo es que algunos de los fármacos de Pfizer que aún mantienen sus patentes están bajo presión de competidores genéricos, que cuestan menos y tratan las mismas enfermedades.

Los acuerdos de licencia, nuevas adquisiciones y la investigación y desarrollo de la propia farmacéutica no han logrado producir un número suficiente de tratamientos novedosos para llenar el vacío. Uno de los principales problemas es que las recetas médicas para su reductor de colesterol Lipitor, el medicamento de mayor venta en el mundo, se han estancado en Estados Unidos, aunque todavía faltan cinco años para que expire su patente. Es un gran desafío para un laboratorio que ha sido el símbolo de una era marcada por pastillas altamente promocionadas y de consumo masivo. El precio de la acción de Pfizer alcanzó el nivel más bajo en ocho años el mes pasado para luego recuperarse ligeramente.

Durante años, mientras algunas rivales protegían sus apuestas con el desarrollo de medicamentos especializados caros y vacunas que no enfrentan la competencia de genéricos, Pfizer se abocó a la producción de fármacos para tratar enfermedades comunes, como el analgésico contra la artritis Celebrex (celecoxib); el antidepresivo Zoloft (sertralina) y Viagra (sildenafil), para la disfunción eréctil. Su principal arma era el marketing: comerciales de televisión y un ejército de vendedores que instaban a los médicos a recetar los medicamentos de Pfizer.

Las ventas de Lipitor en EE.UU. crecieron apenas un 1% en el tercer trimestre en comparación con el mismo lapso de 2004, aunque el precio haya subido un 5%. El magro desempeño ha estremecido al normalmente seguro presidente ejecutivo de Pfizer, Henry McKinnell.
La farmacéutica canceló sus proyecciones para 2006 y 2007 después del tercer trimestre y planea divulgar nuevas previsiones el mes entrante. "Nuestra estrategia es sobrevivir este período ", dice McKinnell.

Pfizer ha respondido a las amenazas inmediatas con la técnica que mejor conoce: una avalancha de marketing. Ha invertido más en la publicidad de Lipitor. Mientras otras farmacéuticas reducen sus equipos de ventas, Pfizer mantiene 10.000 vendedores en EE.UU. El laboratorio espera ver una recuperación este año con el lanzamiento de nuevas medicinas que ahora están en el proceso de aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU (FDA), entre ellas una pastilla que promete ayudar a dejar de fumar.

El sector farmacéutico se ha convertido en uno de los mayores y más lucrativos del mundo gracias en gran parte a una serie de súper ventas lanzados a fines de los 80 y 90. Ahora, muchas de las patentes que protegían a estos medicamentos están expirando. Cuando esto ocurre, medicinas de marca acaban perdiendo prácticamente todas sus ventas frente a la competencia de los genéricos, que son químicamente idénticos.

Los genéricos, por su parte, empiezan a conquistar masa crítica. Actualmente, es posible tratar una serie de enfermedades comunes sin necesitar un único medicamento de marca. En EE.UU., cerca del 60% de las recetas se surten con medicamentos genéricos, frente a menos del 50% cinco años atrás, según IMS Health. A medida que aumentan los costos de los planes de salud de los trabajadores, que en EE.UU. son asumidos en su mayor parte por las empresas, lo que merma las ganacias de las compañias. Los empleadores y las aseguradoras, que muchas veces también subsidian los gastos de los medicamentos, están presionando para que los pacientes utilicen genéricos como primera opción.

La tendencia también afecta a sus principales competidores, pero Pfizer está en peor situación debido a su incapacidad de desarrollar nuevos súper ventas para mercados especializados. McKinnell entiende la insatisfacción de los accionistas de Pfizer. "Necesitamos demostrar que escuchamos sus preocupaciones", dice.

Si logra cumplir todas esas metas, Pfizer pude registrar crecimiento pese la pérdida de patentes sobre tantos de sus medicamentos cruciales. "Nuestro portafolio de productos en carpeta nunca se vio mejor", dice McKinnell, quien reconoce que "no seremos una empresa de alto crecimiento en el próximo par de años".

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