jueves, septiembre 08, 2005

Etica empresarial, un gran tema
por Bernardo Kliksberg

Profesor emérito y honorario de diversas universidades del Continente.

INGLATERRA creó un Ministerio de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Es parte de la estrategia gubernamental para obtener un desarrollo sostenible y responde a demandas crecientes de la sociedad en ese campo.

El Ministerio se propone llevar la RSE al centro de las prácticas empresariales. Tiene entre sus metas "asegurar un desempeño responsable de las empresas en áreas como salud y seguridad de los trabajadores, medio ambiente, igualdad de oportunidades, diseñar políticas públicas que estimulen la RSE, promover actividades empresariales que simultáneamente traigan beneficios económicos, sociales y medio ambientales".

Entre sus programas, la participación de las empresas en proyectos para enfrentar las desigualdades y la exclusión social en municipios, guías sugiriéndoles vías para contribuir al desarrollo sostenible, mediciones de las relaciones entre RSE, competitividad, y políticas a favor de los pobres, la ampliación del voluntariado corporativo y el balance entre trabajo y vida.

El ministerio cree que la RSE da a las empresas una mirada "holística" sobre su rol que les permite mejorar sus decisiones con base en una apreciación de sus impactos que va más allá de lo "puramente financiero". Se propone crear una academia que forme al alto nivel de las empresas privadas en la materia.

Hay una explosión de interés en el mundo empresarial americano por la RSE. Dice Ignatius (Washington Post) "en una era de escándalos corporativos simbolizados por Enron, los CEOS entienden que para mantener confianza en una marca, no basta con hacer buenos productos.

Los consumidores confían en empresas que son ciudadanos responsables ... algunos cambios pueden parecer cosméticos pero ese es el punto. En estos días las empresas tienen que ser vistas como haciendo el bien para que les vaya bien".

Un caso de éxito rápido es el de la cadena alimentaria Whole Foods. Se inició en el movimiento alternativo de alimentos orgánicos que surgió en cooperativas, pequeños negocios, y mercados campesinos en 1970.

Creció velozmente ante la voluntad de los consumidores americanos de pagar más por vegetales y frutas orgánicas. Tiene actualmente 170 negocios en USA y Canadá, y vende 3.900 millones de dólares anuales habiendo impactado todo el sistema de supermercados convencionales.
La agenda de la RSE se está ampliando ante sociedades cada vez más exigentes. Temas como el trato general con los empleados son básicos. Un punto es qué hace la empresa en cuanto al equilibrio empresa-familia.


En un estudio reciente, la Universidad Austral de la Argentina encontró que, por ejemplo, allí los ejecutivos trabajan 50 horas semanales promedio y dedican nada más que 15 horas semanales a la atención de los hijos.

En América Latina crece la demanda pública por ética corporativa. Se espera de las empresas un involucramiento en aumento con los grandes problemas colectivos, como la pobreza (43% de la población en el 2005) y la exclusión social. Hay un gran camino por recorrer pero están surgiendo experiencias innovativas apoyadas intensivamente por organismos como el BID.

Una de ellas es la del Instituto empresarial AKATU del Brasil, ligado al prestigioso instituto Ethos. Akatu está impulsando con todo éxito el consumo consciente. Ha creado un Centro de referencia sobre la materia. Persigue dar a los consumidores herramientas para poder elegir empresas y productos que muestran mayor responsabilidad social. Lo ve como una de las formas de ejercer su ciudadanía.

Junto a sus múltiples beneficios para todos la RSE responde en definitiva a mandatos éticos ineludibles. Es un modo muy concreto de ejercer la solidaridad activa, y hacerse responsable por el otro. Es hora de impulsarla decididamente en este continente.

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