jueves, julio 28, 2005

LA RSE Y LA NUEVA FORMA DE SOCIEDAD
Por Santiago RODRÍGUEZ ISLEÑO

EVOLUCIÓN DE LAS SOCIEDADES

En la historia de la humanidad se descubre que las sociedades elaboraron
sus reglas y sus leyes respondiendo a diferentes modelos y estructuras,
siguiendo la evolución del pensamiento, pero siempre con un problema
común: la injusticia social.

En los comienzos de las sociedades, se rendía culto a los mayores. Eran
los miembros de más edad los que dirigían al grupo, dictaban las leyes y
dirimían los litigios. Esta estructura social no es jerárquica sino
generacional. Todos aspiraban a llegar a viejos dirigentes o jefes de grupo.
Esta estructura pierde efectividad cuando las comunidades comienzan a
agrandarse.

Posteriormente, las sociedades se dividieron en estratos sociales, más o
menos justificados según las concepciones filosóficas de turno. Así, en
algunos grupos humanos eran los nobles los que regían al grupo; en otros
casos, eran los sacerdotes; y en otros, los militares. En este modelo social
imperaba el ejercicio del poder. Un poder que ya no era accesible para
todos los miembros de la sociedad, por lo que surge un desequilibrio social.
Quizás sea en ese momento donde se produce un fenómeno hasta entonces
inexistente en el seno de la sociedad: el ser humano poderoso que se decía
superior y con más derechos que el débil.

De esta forma, las artes, las ciencias, la vida digna y las necesidades
satisfechas fueron patrimonio de esos pocos poderosos, quienes rechazaban
y despreciaban a los humildes y a los plebeyos. Con el advenimiento del
comercio y la aparición de la moneda, se desdibuja esta jerarquía
aristocrática o de nobleza, y es reemplazada por la jerarquía de los
poseedores de dinero.

En esta nueva época, son los ricos los que adquieren derechos y desarrollo humano, mientras que los pobres son marginados. Con el desarrollo del pensamiento filosófico, religioso y científico, se descubre que todos los hombres poseemos un origen común, explicado de diversas maneras, y también que participamos de una naturaleza común. Así, comienza a instalarse en la sociedad humana un nuevo concepto: todos los hombres son iguales entre sí.

Esta nueva idea de igualdad social para todos los hombres cambia
profundamente los ordenamientos sociales y produce un nuevo modelo
socio-político: las democracias. En ellas, el poder es, al menos en teoría,
temporal y accesible a cualquier miembro de la sociedad con consenso
suficiente por parte del pueblo.

Las leyes, los derechos y todo lo que desarrolla y enaltezca al hombre es
patrimonio de todos, pero administrado por los dirigentes sociales. Como se puede apreciar, este modelo es particularmente sensible a los conflictos de
poder que posean sus dirigentes ya que, para asegurar el adecuado
desarrollo humano de los miembros de una sociedad, los principales
sentimientos que deben regir los actos de gobierno son la buena voluntad
y el deseo del bien común.

LA EMPRESA EN EL MODELO DE SOCIEDAD

Ya con el advenimiento del comercio, surgen en las sociedades las primeras
empresas, generalmente una asociación de artesanos dedicados al mismo
rubro de manufactura. Nuevamente comenzó el camino entre la estructura
plana y la estructura jerárquica; y otra vez son los conflictos de poder los
que instalan la desigualdad entre los miembros de las corporaciones.
Durante los tres últimos siglos -debido a las revoluciones industriales y al
avance de la técnica-, los recursos básicos que requiere un ser humano
para subsistir dignamente dejaron de ser en teoría escasos, para ser
suficientes.

Esto acrecienta el problema de distribución de dichos recursos, por lo cual
se buscó el medio de balancear el conflicto entre Recursos (capital) y
Trabajo (hombre). Surgen de esta forma diferentes teorías, como las
capitalistas y las comunistas.

Las teorías capitalistas fueron las primeras en salir a la luz, pues son una
extensión del modelo social estratificado que las vio nacer. De esta forma,
era el dueño de la empresa el que cubría sus necesidades y los operarios
fueron explotados a cambio de salarios que los sumían en la miseria más
absoluta.

Pese a todos los esfuerzos que se realizaron para revertir esta situación, la
desigualdad social se ve agravada, dando origen a las grandes luchas y
levantamientos sociales de comienzos del Siglo XX. También en esa época
surge el comunismo, que proclama al trabajo como preponderante sobre el
capital.

Estas dos corrientes sociales están en conflicto irreconciliable desde
entonces, y aún hoy la sociedad no ha podido revertir este gran problema
de injusticia social. Actualmente, surge una nueva corriente que trata de
relacionar armónicamente estos factores, por medio de la empresa.
Para esta teoría, la empresa deja de ser un mero ámbito de trabajo para
convertirse en un espacio de promoción humana. Se busca mejorar las
condiciones de trabajo, fomentar la participación y la motivación de todos
los miembros de la misma, no por el mero sentimiento altruista y
desinteresado sino siguiendo el nuevo concepto de beneficio mutuo, ya que
un operario satisfecho rinde más y trabaja mejor que uno descontento o no
compenetrado con su empresa.

Esta situación y esta nueva teoría cambian la situación social casi por
entero, ya que antes la sociedad dio forma a la empresa y hoy, en cambio,
es la empresa la que tratará de dar forma a la sociedad.

EL FUTURO QUE PROMETE LA RSE

Imaginemos una empresa que aplica políticas sinceras de RSE,
trascendiendo hacia la sociedad. Tendremos un nuevo orden social donde
todos los seres humanos posean igualdad de oportunidades de desarrollo y
por ello se instaure un nuevo tipo de competencia: la competencia de
capacidades.

Esto debe ser posible, porque el hombre posee un afán intrínseco de
superación que lo lleva a tratar de mejorar las metas de los demás. Por eso,
los más capaces llegarán más lejos y tratarán de dirigir a los menos
capaces. De esta forma, serán los más inteligentes, los más carismáticos,
los más trabajadores quienes accedan al poder.

¿Qué sucederá entonces?

Sólo el futuro tiene la respuesta.

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