martes, febrero 20, 2007

No vendo, no vendo, no vendo... ¿o tal vez sí?

The Wall Street Journal
Por Stephen Power y Jason Singer

Febrero 20, 2007. -- Tras emitir en septiembre una embarazosa advertencia sobre una caída en las ganancias, los analistas le preguntaron al presidente ejecutivo de DaimlerChrysler, Dieter Zetsche, si consideraba vender la división estadounidense Chrysler Group.

"Creo que la respuesta sencilla es no", contestó Zetsche.

Pero en pocas semanas, a medida que quedaba en evidencia la seriedad de los problemas de Chrysler, la respuesta cambió a "tal vez".

Ahora, el fabricante alemán examina de manera activa una venta de Chrysler. La compañía está trabajando con banqueros para preparar los detallados datos financieros y operativos que los potenciales compradores necesitarán para ponerle un precio a Chrysler. Esto ha aumentado la posibilidad de que Chrysler sea subastada en los próximos meses, aseguran dos fuentes familiarizadas con la situación.

La compañía ha recibido varias expresiones de interés desde distintas partes del mundo después que anunciara la semana pasada que está considerando "todas las opciones" para transformar a su debilitada división estadounidense. El precio de Chrysler no está claro. Los cálculos iniciales de algunos analistas estiman un rango de US$6.570 millones a US$13.140 millones.

Al final, puede que el destino de Chrysler dependa menos de su valor que de las convicciones personales de Zetsche. Un ex ingeniero de Mercedes, Zetsche estuvo a cargo de Chrysler entre 2000 y 2005, años en los que logró una transformación sorpresiva pero de corta vida.

Al menos algunos de los altos ejecutivos en Stuttgart, la sede de DaimlerChrysler, están convencidos de que hay que vender la división o traspasarla como unidad independiente a los actuales accionistas. Lo que no quieren es volver a reestructurarla, dicen personas al tanto. Zetsche no ha declarado públicamente cuál es su preferencia.

Aunque muchos accionistas, en especial los de Alemania, favorecen desde hace tiempo deshacerse de la división estadounidense, hasta hace poco Zetsche era optimista respecto al potencial de largo plazo de Chrysler.

En una entrevista en junio, Zetsche dijo: "estoy totalmente convencido de que Chrysler va en la dirección correcta". Pero a fines de julio, Zetsche presentó los decepcionantes resultados del segundo trimestre y advirtió que Chrysler tendría una pérdida de unos US$789 millones en el tercer trimestre. Unas semanas después, se volvió a dirigir a los analistas para admitir que las pérdidas llegarían a unos US$1.577 millones. Incapaz de ocultar su enojo, este ejecutivo normalmente afable reconoció que estas cifras eran "totalmente inaceptables".

Con el paso de las semanas, la empresa seguía descartando públicamente la venta de Chrysler, a pesar de que esa postura era cada vez más difícil de defender. Durante una conferencia con analistas en octubre, el director de finanzas de la automotriz, Bodo Uebber, no quiso negar la idea de una venta, impulsando las acciones de Chrysler. Para calmar el mercado, la compañía publicó en un comunicado que "no hay planes de vender Chrysler".

Sin embargo, fue en esos momentos en los que la compañía comenzó a revisar su postura, según admitió Zetsche después.

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