jueves, octubre 12, 2006

¿Por qué las mejores empresas también caen en escándalos?

The Wall Street Journal

October 12, 2006 4:05 a.m.
Por Lee Gomes

Antes, el olorcito a escándalo era emitido por las compañías de la categoría financiera. Ciertas irregularidades contables similares a las de Enron salían a la luz como una primera señal de advertencia y, poco después, todo se desplomaba.

En la actualidad, sin embargo, algunas de las mejores compañías de Silicon Valley son las que tienen problemas con la ley.

La idea de que una directora de Hewlett-Packard sea acusada formalmente en conexión con el desempeño de sus funciones oficiales, tal y como sucedió a la ex presidenta de la junta Patricia Dunn la semana pasada, es desde luego uno de los acontecimientos de negocios menos esperados del año. Lo mismo sucede con el hecho de que la junta directiva de H-P sea comparada con la Casa Blanca del ex presidente Richard Nixon, tal y como ocurrió hace dos semanas durante una audiencia en el Congreso estadounidense.

De hecho, existe una relación entre H-P y la Casa Blanca de Nixon: David Packard, uno de los fundadores de H-P, ejerció como subsecretario de defensa durante la gestión de Nixon. El nombramiento, en todo caso, era una señal de la probidad de este hombre, un connotado ejecutivo de California (Silicon Valley apenas existía en 1968) llamado a Washington para servir a su país.

H-P, por su parte, era considerada la mejor de las mejores en su sector. La compañía comenzó vendiendo equipo de mediciones, aunque quienes la llevaron por el despeñadero en las últimas semanas parecen haber perdido todo sentido de las proporciones. Las filtraciones de los miembros de la junta directiva probablemente no sean una de las mejores prácticas de gobierno corporativo, pero hay cosas mucho peores, como recrear el ambiente de la corte de los Médici en la cúpula de su compañía. O sufrir las consecuencias de haber creado una cadena de autoridad difusa. En comparación, leer en la prensa historias filtradas sobre su compañía no parece tan malo, ¿verdad?

Una de las ironías de los acontecimientos de las últimas semanas es que la otra compañía que ahora debe tratar más de lo que le gustaría con cierta rama del gobierno estadounidense, Apple Computer, está obsesionada con las filtraciones. La compañía es reconocida por su hermetismo.

Apple, no obstante, no se vio perjudicada por filtraciones, sino por asignar una fecha anterior a las opciones de compra de acciones, una práctica que favorece a los ejecutivos que reciben estos paquetes a expensas de los accionistas, de la que básicamente muy pocos habían escuchado hablar hasta este año. Apple reconoció la semana pasada haber asignado fechas anteriores a las opciones sobre acciones y hace frente a demandas de los accionistas y persistentes preguntas de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos.

¿Cómo suceden estas cosas en las buenas compañías? A menudo rápidamente, sin hacer muchas preguntas y asumiendo que si otra gente lo hace, probablemente no pasa nada. La respuesta, en lugar de un "sí, es cierto", empieza a ser hablar entre dientes o encogerse de hombros. Tanto H-P como Apple eran modelos de compañías sobresalientes y aún lo son. Quizás el secreto para no entrar en problemas es nunca aceptar un encogimiento de hombros como respuesta.

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