miércoles, septiembre 20, 2006

Industriales analizan beneficios de programas de ética empresarial

Portal Minero / Chile

Integrar las buenas prácticas en la gestión empresarial hacia dentro y fuera de la empresa como un factor de relevancia en su gestión, fue el objetivo del taller Ética Empresarial, Cluster Minero y Desarrollo Sustentable que realizó en forma gratuita la Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA).

Javier Irarrázabal, presidente de la ONG Acción RSE fue el encargado de exponer los lineamientos de trabajo para los aproximadamente 28 empresarios de la ciudad que participaron en la experiencia.El profesional explicó que “los cambios en los escenarios de competitividad y la apertura de los mercados para generar negocios han puesto de relieve la importancia de tener claras las políticas y prácticas empresariales, bajo una conducta ética que va más allá del marco legal, y que involucra valores que hacen más compleja la gestión a la vez que aporta mayores beneficios a la empresa y a la comunidad en que ésta se inserta, generándose una verdadera acción de responsabilidad social empresarial”.

En el taller trabajaron a partir de la pregunta “¿qué aspectos de la Ética Empresarial debemos fortalecer en el Cluster Minero de la Región de Antofagasta?”, estableciendo los parámetros para comprender la gestión más allá de los requisitos legales y el marco de movimiento productivo que impone el cluster minero a las empresas, buscando agregar valor social hacia la comunidad, además de garantizar los cumplimientos éticos y morales.

Jorge Díaz, Director del Consejo de Desarrollo Sustentable de la AIA enfatizó la importancia de realizar este tipo de experiencias para introducir temas relevantes en la agenda de los empresarios, especialmente en vista de fortalecer la responsabilidad social empresarial en el marco del cluster minero para posicionarlo como un eje de desarrollo fundamental para la región.

Finalmente, Javier Irrarázabal explicó los beneficios que las buenas políticas de ética empresarial generan para las empresas. El desarrollo de programas efectivos de ética –explicó- apunta a lograr beneficios concretos a las empresas que los implementan, tales como un mejor desempeño financiero; alza de ventas; el fortalecimiento de la lealtad y el compromiso de los trabajadores; disminución de la vulnerabilidad hacia los boicots y grupos de presión; evita multas, reparaciones impuestas por la corte y cargos criminales; además de evitar por esa causa la pérdida de negocios; y, finalmente puede tener un mayor acceso a capitales.

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